Fue una relación
complicada, peleábamos mucho desde que eramos novios, yo la amaba mucho y
siempre cedia, y por eso siempre a pesar de los insultos trataba de ayudarla y
entenderla ya que siempre supe de su carácter complicado.
Yo era amiguero,
ella siempre pensaba que por que era llevadero con todos y con las mujeres
pensaba que yo salía con otras, y aumentabamos siempre las peleas por ese
motivo.
Pasaron los años,
y de novios ya nos dimos cuenta que eramos una pareja, y empezaron los insultos
y las agresiones , mi paciencia se agotaba, y había momentos donde explotaba y
era terrible lo que pasaba, muchas veces intente terminar la relación pero
cuando tomaba la decisión se pasaba y volvía los momentos hermosos pero cedía y
otra vez volvía con ella.
Durante nuestro noviazgo
las agresiones nunca se volvieron golpes sin embargo ella era de las personas
que le encantaba retarte, hasta el grado de gritarme e insultarme para que yo
diera el primer golpe, pero en ese lapso, mil ideas pasaba en mi mente, ella
siempre trataba de manipularme para que
lo hiciera, yo solo me contenía, para que no ocurriera, pero siempre era trágica
la escena.
Y pasaron los
años y los hijos llegaron, pensé que era
una etapa de adaptación de los dos, el ser novios no es lo mismo que ser
responsable en una familia, empiezas los momentos duros, la economía, no era la
misma, los hijos y las diversiones tampoco, por que la responsabilidad de
llevar un departamento era complicado, las exigencias de ellas a continuar una
vida como de noviazgo era inagotable,
nuestro hijo, era mi mayor recompensa, pero para ella, no era así trajimos una
carga una error, su alego era que muy bien pudimos haber planeado, para no
tener no tener complicación para poder
salir. Pero lo que nos rodeaba era mas que una que una queja entre nosotros,
nuestras familias estaban agotadas de
tantas quejas unas por parte de ellas , y otra por parte mia, en reuniones de
la familia cuando se tornaba reproches en la mesa solo se escuchaba silencio,
porque ella había que comprenderla porque pasaba una etapa que había que
tratarla y apoyarla, por cualquier daño que pudiera ocurrirte después de darle
a luz a mi bebe.
Es duro reconocer
que me encuentro en una etapa de agobio, de salir corriendo y cerrar la puerta
y olvidarme que voy hacer padre, y que tengo la responsabilidad de ser esposo
con ella. Pero es duro reconocer que ya mi ego de hombre fue arrebatado por
tanto menosprecio por no darle lo que ella necesita económicamente, y
satisfacerla sentimentalmente.
Para ella no es
hombre el que decide, porque su peculiaridad es decirme que como mujer ella
tiene el derecho a ser tratada como es, la mejor de las joyas a pesar de los
insultos y de las ofensan que diario me grita.
Hoy me encuentro
en el dilema de la falta de comprensión, de la falta de sentimientos y de
razonamientos, me siento débil, agotado de tanta pelea, y mas aun de ser parte
de este sentimiento de culpa por no ser el hombre que ella desea.
Amir
**
Lima,
Peru.
*el nombre fue cambiado a petición del interesado
Gracias por tu historia...